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¿Cuál es el mejor formato para consumir cerveza?

Formato de cerveza en lata, en botella o en barril

Todos los aficionados a la cerveza, en algún momento, hemos tenido conocimiento del debate que existe hoy en día sobre cuál es el mejor formato para el consumo de la cerveza. Unos opinan que sin duda la lata, otros que la botella de vidrio y algunos opinan que la cerveza en barril es indiscutiblemente el mejor formato para disfrutarla. Avanzamos una conclusión: la respuesta es compleja.

Así que vamos a intentar compartir en este artículo un poco de información al respecto y que sean nuestros lectores los que decidan por sí mismos y de paso, invitarles a visitar la interesante sección de Artículos de la web.

Lo primero que hay que indicar es que dependiendo del contexto en el que debatimos (medio ambiente, conservación, economía, estilo de la cerveza, etc), podemos obtener una respuesta diferente a la pregunta de cuál es el mejor continente para la cerveza; por lo tanto, es muy posible que no haya una única respuesta a la pregunta planteada en el título en este artículo.

También hay que puntualizar que hay que el acceso a los diferentes formatos aquí planteados puede ser limitado y que la gestión del reciclaje puede que sea dificultosa o inexistente según dónde se realice en consumo de la cerveza.

Lata de aluminio

Formato cerveza en lata

Empezamos por el formato de la lata de aluminio (de 33 cl, 44 cl o 50 cl), que es sin duda el formato más común entre la cerveza craft.

Es un formato bastante apto para la conservación de la cadena de frío (no deja pasar la luz, al igual que el barril) y es el formato ideal para la distribución de la cerveza (almacenamiento en frío en bares o tiendas especializadas, almacenamiento en grandes cantidades en almacenes) y para el consumo de la cerveza en casa. Otro debate diferente podría ser la puntualización de que en pocas ocasiones encontramos la cerveza artesanal o craft conservada adecuadamente en frío en los diferentes puntos de venta… 

Si hablamos de comodidad, la lata es además el formato ideal. Se transporta más fácil debido a su escaso peso respecto a los otros continentes, se almacena más fácil, se enfría más rápido y conserva bien el frío. Para terminar, se recoge y desecha más rápido y el aluminio es 100% reciclable y puede ser reciclado de manera infinita. La tasa de reciclaje de las latas de aluminio en España es de un 86%.

Según el estilo de la cerveza del recipiente, para cervezas lupuladas, ligeras y ácidas frutales de rápido consumo, la lata es el formato ideal. También es un formato muy aceptable para el caso de cervezas maltosas u oscuras.

Uno de los problemas de la lata es la necesidad de tener una enlatadora en la instalación (o alquilar una a un proveedor) o la preocupante escasez del aluminio, la materia prima de las latas, como se ha visto recientemente. El proceso de enlatado es más exigente económicamente que el embotellado, el rellenado de barriles de acero inoxidable retornables o los desechables de material plástico.

Respecto al sabor de la cerveza en lata, es conveniente aclarar que la lata no da sabor metálico a la cerveza (desde la primera mitad del siglo XX se patentó un sistema para recubrir el interior de las latas de refrescos y alcohol con una capa especial que impedía que el líquido adquiriera notas metálicas; además este proceso de protección se ha ido perfeccionando aún más con el tiempo).

Es de suponer entonces que esta idea quizás tenga su origen en la baja calidad de la cerveza durante finales del pasado siglo, cuya inmensa mayoría se vendió en lata y que podría haber tenido en su momento un característico sabor metálico debido a defectos de fabricación, métodos de conservación no adecuados o utilización de materias primas de mala calidad. Incluso se han realizado estudios científicos que avalan esta afirmación, como el que se realizó el el Festival Científico de Edimburgo (Escocia, UK) y que se puede consultar en la revista Beverages.

Botella de vidrio

Formato cerveza en botella

Si hablamos de conservación de la cerveza, la botella de vidrio sería el formato menos favorecido de los tres, dado que aunque esté bien conservada en frío y bien servida, siempre podrá haber sufrido algo por la luz, la cual que altera el sabor del lúpulo. La luz descompone los ácidos contenidos en el lúpulo de la cerveza y esto hace que las moléculas conocidas como “isohumulonas”, las cuales contribuyen al amargor, se adhieran a moléculas de sulfuro. El resultado es un olor muy desagradable y reconocible.

De todos los colores de las botellas de vidrio (verde, marrón y transparente), las botellas de color marrón son las que más ayudan a limitar que la luz este en contacto con la cerveza y reduzca su conservación en este formato.

Hablando del tema de la comodidad y el transporte, el problema de la botella es su peso, además de su fragilidad (se pueden romper), su peligrosidad una vez que se rompen y que se recogen peor. Su reciclaje fácil y completo es uno de sus puntos favorables, como el de la lata: el vidrio también es 100% reciclable y puede ser reciclado continuamente, si bien la tasa de reciclaje es inferior a la del aluminio, con un 77%.

El formato de las botellas de vidrio de 75 cl. es un buen formato si el consumo va dirigido a varios consumidores y cuyo consumo sea más o menos rápido (una vez abierta la botella), en contraposición a los barriles de 5 o 6 litros.

Para la maduración o guarda de la cerveza, el formato de la botella de vidrio es sin duda el más utilizado y conocido. Hay estilos (cervezas oscuras, ácidas y de alta graduación) que mejoran al ser guardadas por un determinado tiempo, sobre todo si se hace a una buena temperatura y a oscuras. Y mayoritariamente este proceso se realiza en botellas de vidrio. Hoy en día no disponemos de amplia información para opinar con conocimiento sobre la maduración en latas, dado que la cerveza de calidad en este envase es un acontecimiento bastante reciente.

Por ello, para cervezas con guarda con origen en reservas y también para cervezas lámbicas y de fermentación espontánea, la botella es la mejor opción claramente. Como ya hemos apuntado en el caso de la lata, para las cervezas de estilos con predominio de la malta y cervezas oscuras, la botella también podría ser una buena opción.

Barril

Formato cerveza en barril
Fuente: thebeertimes.com

Sin duda el barril es el continente que mejor conserva la cadena de frío y por lo tanto, es el formato ideal para cerveza fresca, ligeramente por delante de la lata y por supuesto, de la botella. Tiene a favor que no deja pasar la luz (como la lata) y siempre que los grifos del bar estén en perfectas condiciones de limpieza y mantenimiento (y los que sirvan la cerveza del barril sean lo suficientemente profesionales), la cerveza de barril tendrá una carbonatación más cuidada, una espuma más cremosa y potencialmente, menos restos de levadura.

En el contexto de la comodidad y el transporte, el barril es una opción válida exclusivamente si tienes un grifo portátil instalado en casa, perfectamente funcional y limpio. Hoy en día existe una gran variedad de grifos portátiles que cargan barriles pequeños de 5 y 6 litros con varias marcas de cerveza industriales y artesanales. Este formato viene bien si hay muchos potenciales consumidores. Sólo tienen el problema de enfriarlos y de mantenerlos fríos y que su carbonatación baja mucho una vez empezamos a servir la cerveza.

El barril queda completamente descartado como formato si hablamos de movilidad o transporte personal, a no ser que sea un crowler que ha sido recogido ese mismo día o el día anterior.

Una cerveza en barril no presenta problemas a priori para su maduración o guarda, aunque en su contra está el limitado acceso a este formato por parte del consumidor habitual y sobre todo, lo complicado que es encontrar el lugar adecuado para su conservación durante la guarda. Lo que no es en absoluto recomendable es utilizar growlers o crowlers para madurar cerveza artesanal ya que la cerveza de estos casos proveniente directamente del grifo y al haber sido escanciada, ha estado en contacto con el aire y ha perdido parte de su carbonatación.

En cuanto al reciclaje, el barril de acero inoxidable reutilizable es más probable encontrarlo en cervezas locales, dado que el bar o el distribuidor puede devolverlo fácilmente a fábrica para su lavado y reutilización. También en cerveceras tradicionales alemanas y belgas ampliamente implantadas en los locales españoles. El barril desechable de plástico de 20 o 30 litros se encuentra en muchos bares especializados de cerveza artesana con gran número de grifos por su capacidad de conservar la cerveza hasta 15 días pinchada en algunos casos. Aunque la cantidad de material por litro es menor que en envases más pequeños, sus materiales son diversos, han de ser separados, no son 100% reciclables y tienen baja tasa de reciclaje.

Para obtener más información sobre los diversos formatos de barriles, puedes visitar un interesante artículo sobre este tema en el blog Brew & Hub.

Resumiendo y como conclusión principal, no hay un formato que sea mucho mejor que los otros. Lo que tenemos es un formato ideal para cada situación. Hay que tener en cuenta si la cerveza se va consumir en casa o en un local, su transporte, el estilo de cerveza, si se va consumir inmediatamente o es para guarda… Y muy importante, ¡disfrutar la cerveza!

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